El Arcos comienza bordándolo pero acaba concediendo tablas

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El conjunto que entrena Jose Herrera no consiguió los tres puntos en su partido de la décima jornada disputado en el renovado césped del Antonio Barbadillo, que volvió a acoger a la afición local en un gran número pese a que la tarde fue de las más lluviosas del año. Hacía mucho tiempo que no se registraba una entrada como la del domingo ante el Coria, con un público dispuesto a volcarse con su equipo, líder del grupo décimo de Tercera, con unos números que nunca se han visto hasta el momento por estos lares, pero cada partido es un mundo distinto a los demás y nunca se sabe cuándo saltará la sorpresa, como así sucedió. El Coria, que acabó la pasada temporada salvándose en el feudo del Arcos al ganar por cero-dos, le ha tomado la medida a los blancos y no se dejó impresionar por el empuje del líder en su regreso a casa ni por la presión ambiental correspondiente.

Por contra, dio muestras de ser un equipo muy ordenado y trabajado en casi todas sus líneas, que aguantó el tirón con aparente tranquilidad cuando peor lo tenía y que se vino arriba en una segunda mitad en la que pudo marcar en un par de ocasiones a cargo de Abraham y en alguna jugada a balón parado, donde los lanzadores no estuvieron certeros.
Por su parte, el Arcos fue de más a menos. Gozó de claras ocasiones en los primeros minutos a cargo de Maqui, pero encajó el gol de Aranda en el min. 19, lo que le obligó a remar contracorriente para empatar con un gol del ‘pichichi’ Antonio Sánchez a centro de Jacobo tres minutos después, el decimosegundo de su cuenta personal, y remontar luego con otro testarazo impecable de Maqui a centro de Juan Gómez en los mejores momentos de un Arcos irresistible, que en esos instantes de inspiración podría haberse llevado por delante a cualquiera que le hubiera plantado cara. El principal problema de los blancos estaba en la zona ancha, donde ni Melo ni Zúñiga, a pesar del gran partido firmado por los dos, acababan de imponerse con claridad a sus contrincantes, Porras e Israel. El duelo entre los dos capitanes de cada equipo, Zúñiga e Israel, fue de lo más vistoso del choque, y en algún momento saltaban chispas.

La enorme movilidad de los medias puntas corianos, Curro, Abraham y Rubén, presionaba a la medular arcense con gran eficacia y derroche de energías, estorbando la salida de balón de la zaga y la creación de juego a cargo de Melo y Zúñiga, que no estaban tan cómodos como en anteriores ocasiones. Además, los amarillos no escatimaban en esfuerzos, demostrando un envidiable estado físico, sin ponerse nerviosos y aguantando la posesión del balón tanto o más que los locales, que tenían serias dificultades con las evoluciones de Abraham, un verdadero incordio para la zaga blanca. Jose Herrera se dio cuenta de la situación y le puso a Nano como marcador, al que recuperó a su puesto habitual en el lateral derecho. Arriba, Jacobo y Juan Gómez penetraban y metían balones al interior del área pero sin fortuna en el pase –Jacobo en el min. 62 en maravillosa internada que no encontró rematador– o en el remate (Antonio Sánchez de cabeza a centro de Juan Gómez en el min. 73 que Isco desvió a córner).

La entrada de Juanca por un agotado Melo ofreció más claridad en el juego entre líneas, que no llegaba a cristalizar por la resistencia de la rápida cobertura visitante a permitir recibir balones fáciles a los hombres de arriba del Arcos, por lo que el conjunto arcense ya no llegaba con tanta soltura como en la primera parte. El partido era un toma y daca constante en el que los corianos llevaban las de ganar, cobrando faltas cerca del área que no se ejecutaban con la debida precisión, hasta que una de ellas, cometida por Zúñiga en el balcón del área en el minuto 89, dio origen al lanzamiento afortunado de Luis Sánchez, que puso las definitivas tablas en el marcador del Barbadillo el día del regreso a casa, deslucido aún más en las postrimerías del partido por la expulsión de Nano al protestar las decisiones del incongruente y desconcertante colegiado malagueño Paradas Mazuela. Un final que no merecía la ocasión pero que dio al traste con la octava victoria de los blancos que, pese a las adversidades, continúan al frente de la competición tras la décima jornada.